Los
logros y las pérdidas son inherentes al ser humano, igual que lo es la vida y
la muerte. Nuestras vidas están marcadas de incorporaciones y también de
desapariciones. El hombre en toda su historia se ha visto enfocado a afrontar
procesos de pérdidas significativas. Son muchas las pérdidas significativas que
continuamente tenemos en nuestra vida: pérdida de personas, pérdida de aspectos
del “sí mismo”, pérdidas del cuerpo, pérdida de objetos y animales, pérdidas de
relaciones, pérdidas ligadas con el desarrollo, pérdida de ideales, ilusiones,
intereses.
Todas
las pérdidas significativas tienen su duelo y todos los duelos tienen que ser
elaborados. Si el proceso de elaboración del duelo es ignorado, retrasado,
demorado, etc., aparecen las complicaciones.
Los duelos son un proceso, un proceso
normal, dinámico y activo y no un estado; es un proceso íntimo y privado, pero
a la vez un proceso público (rituales, luto, etc.). El duelo es un proceso
tendente a la reorganización y elaboración, con dimensiones individuales,
familiares y sociales.
Asi; El duelo migratorio es el proceso por el
que atraviesa todo inmigrante al migrar a un nuevo país, es un proceso de
reorganización en el cuál asimila la pérdida y se adapta a la nueva situación
de vida.
Características
del duelo migratorio
Según el
artículo El duelo migratorio publicado en la Revista
Electrónica Psicología Científica, por Valentín González Calvo, el duelo
migratorio tiene las siguientes características:
Ø
Es un duelo parcial, múltiple y
recurrente
Es un
duelo parcial porque el objeto perdido (el país de origen) no se pierde por
completo, sino que queda allí e incluso se puede volver a él. Es múltiple
porque implica una multiplicidad de pérdidas, la familia y amigos, en muchos
casos el idioma, la cultura, la tierra, la identidad. Y es recurrente porque
puede reactivarse con mucha facilidad.
Ø
Se vive en una continua
ambivalencia
El
inmigrante vive ambiguamente entre la adhesión y la resistencia hacia el país
de acogida. Así mismo, es frecuente que idealice al país de origen de origen lo
bien sienta rabia por haber tenido que marchar, por no ofrecerle las
condiciones necesarias para su supervivencia. La ambivalencia entre el origen y
el destino puede ser continua.
Ø
Es transgeneracional
Muchos
hijos de los inmigrantes tienen la sensación de estar atrapados en un callejón
sin salida. De una parte, han nacido o se han criado en el país de acogida y de
otra, han interiorizado fuertemente la cultura de los padres del país de
origen. No se sienten completamente ni de aquí, ni de allí. La inclusión no es
completa en el país de acogida, sin embargo, tampoco lo es en el país de
origen.
Ø
El segundo duelo migratorio: el
retorno.
El regreso del
inmigrante, ya sea temporalmente o definitivamente, es una “nueva migración”.
Tras años, en muchos casos décadas, fuera de tu país de origen se han producido
muchos cambios, cambios en el entorno, en las gentes y en la propia persona del
“inmigrante retornado”, ya no es el mismo, nada es lo mismo.
Se está ante un proceso
de cambio, se ha dejado atrás, en el país de acogida, personas, vínculos,
vivencias... Esta situación se torna más dificultosa cuanto más apego haya
generado, y también cuanto más difícil haya sido la elaboración del Duelo
Migratorio inicial. El estilo de afrontamiento se vuelve a repetir; cuanto más
ambivalencias, cuantas más defensas se utilizaran (negación, idealización...),
más complicado es el regreso
Ø
El duelo migratorio no solo lo sufre
quien emigra, sino también los que se quedan
La inmigración también afecta a los que se quedan en el
país de origen. Estos últimos notan la ausencia de quién se marchó, viven la
separación de manera dolorosa. La comunicación intermitente reaviva el dolor.
Ø
Afecta la identidad
El
proceso migratorio genera muchos cambios y nuevas situaciones que hay que
integrar, tanto es así que se modifica la propia identidad del sujeto. Según
Achotegui, identidad es el conjunto de auto representaciones que permiten que
el individuo se sienta, por una parte, como semejante y perteneciente a
determinadas comunidades de personas y, por otra parte, diferente y no
perteneciente a otras.
Ø
El duelo migratorio afecta a la
identidad
Todos
los duelos generan cambios en la identidad del sujeto. Si el duelo se elabora
correctamente, la persona crece, se enriquece, incorporando un gran repertorio
de habilidades, recursos y vivencias que le ayudan para cuando se presenten
nuevos duelos. Además estos aprendizajes le sirven para conectar con otras
personas en duelo y poder orientarles o al menos saber comprenderlas.
Ø El
duelo migratorio conlleva regresiones psicológicas
En el proceso migratorio se está sometido a un sin fin de
cambios y adaptaciones. Es frecuente sentirse abrumado e inseguro. Las
conductas regresivas expresan una búsqueda de apoyo y ayuda. Las conductas
regresivas más frecuentes son: Conductas de dependencia y comportamiento
sumiso; y conductas de queja y protesta infantil ante situaciones de
frustración y dolor. Es frecuente que esta queja y protesta se dirija a quienes
mejor tratan al inmigrante, lo cual es muy desconcertante para los
profesionales. La queja se manifiesta allá donde puede ser contenida.
Etapas del duelo migratorio
Ø Fase
de negación o evitación o la etapa de Luna de miel
Se da cuando las expectativas de
llegar a un nuevo país son muy altas, la persona está llena de ilusiones y
esperanzas, cree fehacientemente que el cambio va a mejorar su vida y va a
traer grandes beneficios. Es la etapa de la novedad donde se descubren cosas
nuevas y la persona idealiza el nuevo país.
Ø Fase
de enojo o agresión o la etapa depresiva
Es la etapa en la que el inmigrante
debe afrontar la pérdida de su situación anterior a la inmigración, esta etapa
comporta varios factores, un choque
cultural, la pérdida de identidad, la pérdida de lo conocido, la
pérdida de casa, trabajo y seres queridos, en algunos casos la pérdida del
idioma de origen, la pérdida de la estabilidad al tener que enfrentarse a algo
totalmente nuevo.
Ø Fase
de aceptación y superación del duelo o la etapa de adaptación
Si todo va bien y el inmigrante logra
superar la etapa anterior, pasa a la etapa deadaptación, siempre y cuando no se
prolongue demasiado, e incluso indefinidamente la etapa depresiva, que implica
un constante sufrimiento, en cuyo caso el duelo se convertiría en un duelo patológico.
En esta etapa el inmigrante logra
asimilar todo lo nuevo que le ofrece el país anfitrión e incorporarlo a su
estilo de vida, hay factores que influyen en la dificultad de adaptación, el
hecho de encontrar un trabajo y vivienda digna y una sociedad que lo acoge,
ayuda mucho en este proceso.
Ø Etapa
del rechazo de la cultura original
Puede haber una última etapa descrita
por Brink y Saunders, en la que la persona pierde identidad, se produce un
empobrecimiento personal, la persona desvaloriza partes importantes de su
constitución personal, como si naciera de nuevo.